La Banda Musical del Cuerpo de la Gendarmería ofrecerá un concierto el miércoles 5 de diciembre, a las 19.30 horas, en la basílica romana de San Vital en el Quirinal, en el marco del ciclo musical Sacrae Militiae Sonus.
La Banda —dirigida por el maestro Stefano Iannilli y coordinada por el vicecomisario de la Gendarmería, Mauro Colaiacomo, responsable de disciplina y empleo— estará acompañada por el coro Giovani Don Bosco, bajo la dirección de Veronica Piscitelli.
El programa prevé la apertura del acto con el Himno Pontificio de Charles François Gounod, seguido por el Himno del Jubileo 2025 Pellegrini di Speranza, de Francesco Meneghello / Pierangelo Sequeri; Arsenal, de Jan Van der Roost; Un amore così grande (tenor Vasco Maria Vagnoli), de Guido Maria Ferilli y Antonella Maggio; el Magnificat (soprano Anna Kazlova), de Marco Frisina; Adeste Fideles; Joy to the World, del Messiah de Georg Friedrich Händel; una selección de cantos navideños; What a Wonderful World, de Robert “Bob” Thiele y George David Weiss; Mattinata (soprano Anna Kazlova y tenor Vasco Maria Vagnoli), de Ruggero Leoncavallo; y la Trisch-Trasch Polka, de Johann Strauss jr.
La Banda Musical del Cuerpo de la Gendarmería está integrada por cerca de un centenar de músicos, todos ellos voluntarios y titulados en conservatorios italianos, muchos con experiencia previa en bandas militares nacionales. Los intérpretes visten un elegante uniforme azul inspirado en el de los gendarmes en servicio. El conjunto ha recuperado el espíritu y la función de la histórica Banda de la Gendarmería Pontificia, fundada en 1851 y célebre por el esmero de su formación musical, heredada del Cuerpo de Velites Pontificios.
El Coro Giovani Don Bosco, creado en 2010 en el seno de la parroquia de San Giovanni Bosco, en Cinecittà, como propuesta comunitaria dirigida a menores de 40 años, desarrolla principalmente el servicio litúrgico en la misa dominical de las 20.00 horas, extendiendo con frecuencia su actividad a celebraciones solemnes, como ordenaciones diaconales y sacerdotales. El grupo pone en valor la singularidad de cada coralista, y reconoce en el canto un modo de ofrecer oración y servicio. Su principio rector —cantar con esmero para favorecer la oración— orienta un trabajo constante orientado a la armonía entre expresión musical y dimensión espiritual.