Como un perfume que acerca a Dios
La memoria del Santísimo Nombre de la Bienaventurada Virgen María nació en España en el siglo XVI y, posteriormente, fue extendida a toda la Iglesia por el Papa Inocencio XI en 1683. El Papa quiso agradecer a la Virgen la victoria sobre el ejército otomano durante el asedio de Viena, obtenida también gracias a la intervención del rey de Polonia, Juan Sobieski. Aquella victoria fue interpretada como un signo de la protección materna de María sobre la cristiandad.