El “Hijo de la consolación”
San Bernabé, aunque no formara parte del grupo de los doce Apóstoles elegidos directamente por Jesús, fue reconocido como Apóstol de pleno derecho ya por los primeros Padres de la Iglesia y por san Lucas. Este reconocimiento le fue otorgado no solo por una vocación especial inspirada por el Espíritu Santo, sino también por el papel relevante que desempeñó en la difusión del cristianismo, colaborando activamente con los demás Apóstoles.