Trabajo y oración: camino de santidad
Fue un humilde labrador, paupérrimo, que no escatimaba esfuerzos ni sacrificios para llevar a casa un pedazo de pan que comer. Sin embargo, había descubierto a Cristo, y todo lo demás le parecía insignificante en comparación con la amistad con Él. Se llamaba Isidro. Nació hacia el año 1080 en Madrid, que entonces no era la capital de España, sino una ciudad más entre tantas otras.