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Dos fresnos de “manna” plantados en los Jardines Vaticanos

En sintonía con la Encíclica Laudato si’

Con motivo del Día Nacional del Árbol, celebrado el viernes 21 de noviembre, en los Jardines Vaticanos fueron plantados un Fraxinus ornus y un Fraxinus angustifolia, especies de las que se obtiene la tradicional “manna” de las Madonías.

La ceremonia estuvo presidida por el arzobispo Emilio Nappa, secretario general de la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano, quien subrayó que la plantación de nuevos árboles, con el fin de mantener vivo el don de la creación y proteger el medio ambiente, se inscribe plenamente en los principios expuestos en la encíclica Laudato si’ del papa Francisco. «Lo es aún más —señaló— cuando las plantas en cuestión remiten de manera explícita a la tradición bíblica».

La iniciativa ha sido promovida por la empresa repostera de los hermanos Fiasconaro, el Jardín Botánico de la Universidad de Palermo, el Parque de las Madonías y los ayuntamientos de Castelbuono y Pollina, en la provincia de Palermo.

Durante el acto, el obispo de Cefalú, monseñor Giuseppe Marciante, recordó el significado de la manna en las Escrituras: «La manna era para todos. Ese es el sentido profundo de plantar estos fresnos: un símbolo de don, de cuidado de la creación y de atención a los últimos. Los hermanos Fiasconaro nunca se olvidan de los últimos».

El franciscano padre Paolo Fiasconaro anunció que «la empresa Fiasconaro ha decidido donar un millar de pequeños panetones a los niños del Bambino Gesù. Es una forma sencilla y sincera de llevarles un signo de fiesta y cercanía».
El director del Jardín Botánico, el profesor Rosario Schicchi, destacó la importancia de la iniciativa: «Entregamos a los Jardines Vaticanos dos especies distintas de fresno, árboles que han acompañado durante siglos la actividad humana: desde los esquíes hasta los utensilios agrícolas, sin olvidar su uso en la farmacopea tradicional».

Entre los asistentes se encontraban Mario Cicero, Alcalde de Castelbuono; Pietro Musotto, Alcalde de Pollina; y Marcello Catanzaro, Alcalde de Isnello y miembro del Comité Ejecutivo del Parque de las Madonías.

 

A continuación, publicamos el discurso íntegro del arzobispo Nappa:

Quiero dar la bienvenida, en nombre propio y de los Órganos de Gobierno del Estado de la Ciudad del Vaticano, a todos vosotros, reunidos en los Jardines Vaticanos para la plantación de dos fresnos.
Saludo, en primer lugar, a Monseñor Giuseppe Marciante, Obispo de Cefalú;
al profesor Rosario Schicchi, Director del Jardín Botánico de Palermo;
al Señor Mario Cicero, Alcalde de Castelbuono;
al Señor Pietro Musotto, Alcalde de Pollina;
al Señor Giuseppe Ferrarello, Presidente del Parque de las Madonías;
al Señor Nicola Fiasconaro, maestro pastelero;
al General de Cuerpo de Ejército Fabrizio Parrulli, comandante de las Unidades Forestales, Medioambientales y Agroalimentarias de los Carabinieri;
y al doctor Vincenzo Morgante, director de TV2000.

 

Es para nosotros un honor y un motivo de profunda gratitud acoger en la flora de los Jardines Vaticanos estas dos plantas de Fraxinus ornus y Fraxinus angustifolia, que el Jardín Botánico de Palermo, la empresa repostera de los hermanos Fiasconaro y los ayuntamientos de Castelbuono y Pollina han querido donar.


Promover la plantación de nuevos árboles para mantener vivo el don de la creación y respetar el medio ambiente se alinea plenamente con los principios enunciados en la encíclica Laudato si’ del papa Francisco. Lo es aún más cuando las especies plantadas poseen un evidente eco bíblico.

 

«Man hu?, ¿qué es esto?», se preguntaron los israelitas cuando vieron la manna por primera vez, porque no sabían de qué se trataba. Como refiere el libro del Éxodo (15-17), Moisés les explicó que era el pan que el Señor había dado como alimento. «Esto es lo que manda el Señor: “Recoged cuanto necesite cada uno para comer, un gómer por cabeza, según el número de personas que vivan en vuestra tienda”. Así lo hicieron los israelitas: unos recogieron mucho, otros poco».


El relato bíblico muestra con claridad que la manna alimentó al pueblo de Israel y le permitió superar la prueba de la escasez mientras atravesaba el desierto. Los israelitas avanzaban hacia la Tierra Prometida, sostenidos por una esperanza que impulsaba su marcha en medio de dificultades y privaciones. Aquella “lluvia de manna”, verdaderamente providencial, manifestó el cuidado de un Dios que nunca abandona a sus criaturas.

Como ellos, también nosotros somos “Peregrinos de la esperanza” en este Año Jubilar que se acerca a su conclusión. Deseamos acoger las invitaciones del Papa Francisco y del Papa León XIV a renovar esta virtud, especialmente en los momentos de prueba, y a emprender un camino de fe y de renovación espiritual.


En vuestro territorio, la manna no es solo un alimento: es un símbolo de la creatividad que os ha permitido alcanzar la excelencia en el arte repostero, aprovechando precisamente esa secreción recogida de los árboles que hoy plantamos.

Estos dos fresnos serán, para quienes visiten los Jardines Vaticanos, un recordatorio de la confianza en el Señor y un homenaje a la maestría de los artesanos pasteleros de vuestras tierras.
Las referencias bíblicas, unidas a las raíces culturales de Sicilia —en particular del área meridional de Palermo—, ofrecerán a los visitantes una oportunidad de reflexión ante estos dos ejemplares.
Por otra parte, el fresno es un árbol conocido por su resistencia y longevidad, y en numerosas tradiciones simboliza protección y sanación. Como la manna, es un elemento que sostiene la vida. Plantarlo en los Jardines Vaticanos es un signo de esperanza y de cuidado por el futuro, del mismo modo que la manna alimentaba cada día a los israelitas durante su peregrinación.

Con esta donación queremos recordar que la Providencia divina no solo nutre a su pueblo, sino que establece también un vínculo profundo entre las criaturas y la naturaleza: un vínculo que perdura y que seguirá alimentando a la comunidad a lo largo del tiempo.

 

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