Entrevista al Dr. Gianni Lasaracina, coordinador de los Servicios Aduaneros de la Gobernación
En primer plano, la cooperación internacional
No solo la firma del Protocolo de colaboración entre el Estado de la Ciudad del Vaticano y la Agencia de Aduanas y Monopolios de la República Italiana (ADM), nacido de la necesidad de garantizar un sistema coordinado de controles e intercambios de información, sino también una colaboración cotidiana y estratégica con las instituciones italianas. En los últimos tiempos, los Servicios Aduaneros de la Gobernación han llevado a cabo un proceso de actualización e innovación para situarlos en sintonía con los desafíos actuales. De todo ello hablamos en esta entrevista para www.vaticanstate.va con el Dr. Gianni Lasaracina, coordinador de los Servicios Aduaneros de la Gobernación, quien explica su función y competencias.
¿Cuáles son sus principales responsabilidades como responsable?
El coordinador de los Servicios Aduaneros dirige y supervisa toda la actividad de la Oficina, garantizando la correcta aplicación de la normativa vigente y de las disposiciones superiores. Su labor se centra en la regulación y control de todos los flujos de mercancías que entran y salen del territorio vaticano y de sus dependencias funcionales, asegurando el cumplimiento de los procedimientos acordados con la República Italiana y la adecuada aplicación de las exenciones previstas por la Convención Aduanera de 1930.
Se trata de una actividad que, aun desarrollándose en un territorio reducido, presenta una notable complejidad debido a la variedad y sensibilidad de las mercancías gestionadas: desde obras de arte destinadas a los Museos Vaticanos hasta material sanitario del Hospital Pediátrico “Bambino Gesù”, bienes diplomáticos o envíos vinculados a proyectos humanitarios y misiones de la Santa Sede.
En este contexto, el Servicio desempeña un papel de garantía y equilibrio: por un lado, protege las prerrogativas de soberanía del Estado y, por otro, asegura la plena conformidad con las normas que rigen las relaciones aduaneras con Italia y con la Unión Europea.
Entre sus principales tareas operativas figuran también la gestión de las exenciones del IVA —mediante la emisión de certificaciones, el control formal de las facturas y su validación posterior, que hace efectiva la exención fiscal—; la autorización de vales de salida para mercancías en tránsito temporal o definitivo; la verificación de la documentación aduanera y de transporte; la clasificación arancelaria de bienes y el control de conformidad sobre las distintas tipologías de mercancías.
¿Cómo se coordina la labor de su Oficina con otras instituciones no vaticanas?
La coordinación con instituciones externas es un aspecto central de la actividad de los Servicios Aduaneros, dado que la mayoría de las operaciones que afectan al territorio vaticano involucran inevitablemente agentes e infraestructuras externas.
La relación con las instituciones italianas, y en particular con la Agencia de Aduanas y Monopolios, es diaria y estratégica: no se trata solo de cooperación administrativa, sino de una auténtica colaboración técnica basada en la confianza mutua y objetivos compartidos; garantizar la seguridad de los flujos, simplificar los procedimientos y, al mismo tiempo, salvaguardar la soberanía de la Santa Sede.
¿Puede explicarnos el Protocolo de colaboración con la Agencia de Aduanas y Monopolios italiana?
El Protocolo de colaboración entre el Estado de la Ciudad del Vaticano y la Agencia de Aduanas y Monopolios, firmado en febrero de este año, forma parte del marco jurídico y operativo que regula las relaciones bilaterales en materia aduanera.
Responde a la necesidad de asegurar un sistema coordinado de controles e intercambio de información, capaz de conciliar la soberanía del Estado con los procedimientos de seguridad y trazabilidad que regulan la circulación de mercancías en territorio italiano y comunitario.
El Protocolo supone un punto de inflexión para los Servicios Aduaneros vaticanos: no solo formaliza una colaboración técnica estructurada que permite operar conforme a criterios comunes en inspecciones, verificaciones, clasificaciones arancelarias y movimientos de bienes, sino que permite fortalecer la eficiencia aduanera del Estado vaticano, en línea con los estándares internacionales más avanzados, promoviendo una visión moderna y funcional de la cooperación, basada en transparencia, eficiencia y confianza recíproca.
¿Cuáles son los principales desafíos operativos que aborda el Protocolo?
El Protocolo afronta la necesidad de armonizar procedimientos, tiempos y lenguajes administrativos entre dos realidades profundamente distintas: el Estado de la Ciudad del Vaticano y la República Italiana.
De un lado, un territorio pequeño pero con alta complejidad logística; de otro, procedimientos regulados por el Código Aduanero de la Unión Europea, concebidos para contextos amplios y estructurados.
El Protocolo nace para cerrar esta distancia operativa, afrontando cuestiones históricas como la heterogeneidad procedimental, los tiempos de despacho y tránsito, la gestión de bienes de especial valor o sensibilidad, el intercambio de información y la interoperabilidad digital, así como la simplificación administrativa y la reducción de la burocracia.
En síntesis, aspira a unificar métodos y plazos para garantizar operaciones ágiles, seguras y transparentes, sin menoscabo de la soberanía de cada Estado.
¿Cómo ha transformado la digitalización el trabajo aduanero en los últimos años?
La digitalización ha transformado profundamente la gestión aduanera, introduciendo un modelo basado en eficiencia, trazabilidad y transparencia.
Los Servicios Aduaneros vaticanos han abandonado progresivamente los procedimientos en papel, adoptando sistemas informáticos integrados que permiten una tramitación más rápida y segura.
Hoy los procesos principales —desde la emisión de certificaciones de exención hasta la autorización de vales de salida— se realizan con herramientas digitales certificadas, como la firma electrónica cualificada, protocolos digitales y bases de datos compartidas.
La conexión directa con los sistemas de la ADM permite consultar en tiempo real códigos arancelarios, registros y trazados electrónicos, garantizando seguimiento continuo de los flujos de mercancías y un diálogo técnico estable entre Administraciones.
Gracias a la digitalización, un envío puede ser monitorizado desde el momento de su entrada hasta su entrega, con el registro automático de cada fase y la posibilidad de verificación inmediata por parte de las oficinas competentes.
Este nuevo enfoque ha convertido los Servicios Aduaneros no solo en un punto de control, sino en un auténtico nodo informativo, capaz de garantizar simultáneamente rapidez, seguridad y certeza procedimental.
En definitiva, la digitalización ha permitido conjugar la eficiencia operativa con el principio de transparencia administrativa, reforzando la función de garantía que los Servicios Aduaneros ejercen en defensa del Estado y de sus instituciones.
¿Qué instrumentos y tecnologías se emplean hoy para garantizar la seguridad de las mercancías en entrada y salida?
La seguridad de los flujos de mercancías constituye una de las prioridades absolutas de los Servicios Aduaneros del Estado de la Ciudad del Vaticano.
Cada operación de importación o exportación se somete a un sistema de análisis de riesgos que permite identificar de forma preventiva posibles criticidades y calibrar el nivel de control en función de la naturaleza, el origen y el destino del envío.
Para apoyar esta actividad se utilizan diversas tecnologías y metodologías operativas: controles aleatorios y verificaciones documentales específicas basadas en indicadores de riesgo y en el tipo de mercancía; sistemas de pesaje y precintado para garantizar la correspondencia entre la cantidad declarada y la efectivamente enviada; bases de datos arancelarias y de origen, que permiten comprobar la correcta clasificación y procedencia de los bienes; así como sistemas de inspección radiográfica de rayos X, que facilitan la revisión no invasiva de las mercancías, reduciendo tiempos y manipulaciones innecesarias.
Estas tecnologías, unidas a la colaboración constante con la Agencia de Aduanas y Monopolios y con la Gendarmería Vaticana, permiten asegurar un equilibrio entre seguridad y rapidez operativa.
¿Hasta qué punto es importante la cooperación internacional en la lucha contra el contrabando y el fraude aduanero?
La cooperación internacional constituye un pilar fundamental de la actividad aduanera moderna y desempeña un papel especialmente relevante también para el Estado de la Ciudad del Vaticano.
Ninguna aduana, de hecho, puede operar de manera aislada: la seguridad de una frontera depende de la capacidad para establecer relaciones de colaboración, intercambio de información y reconocimiento mutuo con otras administraciones competentes.
En esta perspectiva, los Servicios Aduaneros Vaticanos participan activamente en un sistema de relaciones institucionales que, a través de la Agencia de Aduanas y Monopolios, permite la conexión con las principales redes europeas e internacionales de cooperación en materia de seguridad aduanera, lucha contra el contrabando y protección de los derechos económicos.
Este canal privilegiado de colaboración facilita el intercambio ágil de información, favoreciendo intervenciones coordinadas y un enfoque preventivo más que represivo.
Gracias a estas sinergias, los Servicios Aduaneros contribuyen —aun desde su dimensión reducida— a la seguridad global de los flujos comerciales internacionales, reforzando la transparencia de las operaciones y el combate contra la falsificación, el fraude y el tráfico ilícito de bienes.
La cooperación internacional, por tanto, no constituye únicamente una herramienta técnica, sino una verdadera forma de corresponsabilidad entre Estados, indispensable para garantizar legalidad, seguridad y respeto recíproco en los procesos de intercambio global.
¿Qué tipo de formación o asistencia ofrecen a las Direcciones de la Gobernación para garantizar el cumplimiento normativo?
La formación y la asistencia técnica representan un aspecto esencial de la actividad de los Servicios Aduaneros, ya que garantizan que todas las estructuras del Estado actúen conforme a las normativas y procedimientos aduaneros vigentes.
La Oficina desempeña un papel de apoyo constante a las Direcciones de la Gobernación y a otros organismos vaticanos, ofreciendo asesoramiento y orientación en materia de clasificación arancelaria, exenciones fiscales, documentación aduanera y declaraciones de valor.
Asimismo, se elaboran procedimientos aduaneros específicos, a menudo desarrollados en estrecha colaboración con las distintas Direcciones y Dicasterios, para responder a las necesidades —a veces particulares— del Estado y de sus actividades institucionales, garantizando en cada fase trazabilidad, regularidad y transparencia administrativa.
Dicha labor se concreta, por ejemplo, en la preparación de modelos estandarizados de documentación y procedimientos internos simplificados, que ayudan a las oficinas solicitantes a gestionar correctamente las operaciones de importación y exportación, respetando las normas acordadas con las autoridades italianas.
¿Qué papel desempeñarán tecnologías como la inteligencia artificial o la cadena de bloques en los procesos aduaneros del futuro?
Las nuevas tecnologías representan una frontera importante para la evolución de los procesos aduaneros, ya que ofrecen herramientas capaces de hacer los procedimientos más rápidos, seguros y transparentes.
En el contexto vaticano, el objetivo no es innovar por innovar, sino integrar gradualmente soluciones digitales que realmente puedan mejorar la gestión operativa sin desvirtuar la naturaleza administrativa e institucional del servicio.
La inteligencia artificial (IA), por ejemplo, podrá emplearse para el análisis automático de documentos, la detección de anomalías o incongruencias y el refuerzo de los sistemas de evaluación de riesgos, permitiendo identificar con mayor rapidez los envíos que requieren controles adicionales.
De igual manera, la blockchain puede ofrecer nuevos niveles de trazabilidad y autenticidad: gracias a los registros digitales distribuidos, será posible certificar de manera incorruptible el origen y destino de los bienes, especialmente aquellos de alto valor o vinculados a proyectos humanitarios y donaciones internacionales.
No obstante, la introducción de estas tecnologías debe mantener un equilibrio con la tradición de rigor y sobriedad que caracteriza a la administración vaticana.
La innovación, para ser eficaz, debe permanecer al servicio de la persona y de la institución, valorizando la competencia humana y la responsabilidad administrativa.
En esta perspectiva, los Servicios Aduaneros miran al futuro con un enfoque pragmático y realista: abrirse a las posibilidades de la automatización y la digitalización, sin perder nunca el sentido del límite, de la medida y de la finalidad ética que debe guiar cada acto de la administración pública del Estado de la Ciudad del Vaticano.
