La celebración en la festividad de Santa Bárbara, Patrona del Cuerpo de Bomberos del Vaticano
Valor, perseverancia y vigilancia
Santa Bárbara, mártir, no es solo una protectora del Cuerpo de Bomberos, sino también un modelo a imitar por sus virtudes y por su ejemplo de fe. Así lo subrayó don Franco Fontana, capellán de la Dirección de los Servicios de Seguridad y Protección Civil y de los Museos Vaticanos, durante la Misa celebrada en la iglesia de San Pellegrino en el Vaticano, en la mañana del jueves 4 de diciembre, con motivo de la festividad de la Santa.
Durante la celebración, don Fontana invitó a reflexionar sobre el modo en que Dios sigue hablando al ser humano: no solo a través del Evangelio, “página escrita”, sino también mediante la vida de los Santos, “páginas vivientes” de fe y testimonio. Los Santos —afirmó— “no nos sirven tanto para la imitación cuanto para la inspiración”. No son necesariamente modelos que deban reproducirse materialmente en los gestos, a menudo vinculados a contextos lejanos al nuestro, sino figuras de las que dejarnos inspirar.
En particular, ¿qué inspira la figura de Santa Bárbara a los hombres y mujeres de nuestro tiempo? A este respecto, don Fontana señaló tres valores: valor, perseverancia y vigilancia.
El valor que caracterizó su vida —explicó— es el mismo que hoy se le pide a cada persona: la fuerza de exponerse en defensa de la dignidad humana, de no replegarse en el egoísmo, de entregarse a los demás. “Una vida vivida egoístamente —añadió— se revela siempre insatisfactoria y, por tanto, vacía, carente de sentido y perdida también en el plano espiritual”.
Junto al valor, la perseverancia. Santa Bárbara —observó el capellán— supo mantener firme su fe incluso en las pruebas más duras. De aquí la reflexión sobre un elemento central: “Sin el tema de la salvación —subrayó— la religión se convierte en un conjunto de conceptos abstractos, de mandamientos morales, de prohibiciones y de ceremonias rituales: un conjunto que por lo general suscita poca curiosidad y poco interés”.
Por el contrario, es necesario comprender que en la religión está en juego la posibilidad de ser “salvados”, de superar el peligro sin sufrir daño. Esto hace que el mensaje cristiano sea vivo y cercano a la experiencia de todos. Se trata de una necesidad universal, y el don de un Salvador es la respuesta ofrecida a la búsqueda del ser humano.
Por último, la invitación a la vigilancia, de manera especial en el Tiempo de Adviento. Vigilar —explicó— significa estar preparados, atentos a la emergencia, capaces de intervenir con prontitud para socorrer a quien se encuentra en dificultad, poniendo en primer lugar la vida y la seguridad de los demás, incluso a costa de arriesgar la propia.
Dirigiéndose a los bomberos presentes junto con sus familias, don Fontana concluyó afirmando que el valor, la perseverancia y la vigilancia pueden transformar el servicio cotidiano en una auténtica forma de amor hacia cada persona. Con la intercesión de Santa Bárbara, este camino podrá convertirse para todos en una vía sencilla y concreta de santidad.
Estaban presentes, entre otros, Sor Raffaella Petrini, Presidenta de la Gobernación; el ingeniero Gianluca Gauzzi Broccoletti y el doctor Davide Giulietti, respectivamente director y subdirector de los Servicios de Seguridad y Protección Civil; y el ingeniero Paolo De Angelis, coordinador del Cuerpo de Bomberos.
