En los Jardines Vaticanos el Cardenal Vérgez Alzaga inauguró y bendijo la imagen de la Virgen del Pilar
Un signo de la presencia de España en el corazón de la Santa Sede
La Virgen más querida por el pueblo español, aquella que más ha marcado la evangelización de la península ibérica al aparecerse al Apóstol Santiago en el año 40, cuenta ya con una imagen reproducida en el muro del Bastión del Maestro, en los Jardines Vaticanos. Ha sido el Cardenal Fernando Vérgez Alzaga, Presidente Emérito de la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano, quien presidió la ceremonia de inauguración y bendición del nuevo panel cerámico, en la mañana del miércoles 24 de septiembre.
Ante un grupo de fieles procedentes de Zaragoza, ciudad española donde se alza la Basílica que custodia la imagen de la Virgen del Pilar, el Cardenal pronunció un discurso en el que subrayó que la presencia de esta imagen es un signo de esperanza.
En su intervención, el Rector de la Iglesia nacional española en Roma, monseñor José Jaime Brosel Gavilá, destacó que “la iniciativa es un proyecto conjunto de la Conferencia Episcopal Española y de la Iglesia de Santa María de Montserrat de los Españoles en Roma, concebido y promovido como expresión de la fe y de la tradición devocional española. Este esfuerzo compartido ha permitido coordinar los diversos aspectos del proyecto y garantizar que España tenga hoy una representación en los Jardines Vaticanos, en el corazón de la Santa Sede”.
Por su parte, el Arzobispo de Zaragoza, Monseñor Carlos Manuel Escribano Subías, señaló que al inaugurar y bendecir este mural que representa el momento de la llegada de la Virgen para alentar al Apóstol Santiago en su misión evangelizadora, las tradiciones jacobea y pilarista, indisolublemente unidas, se hacen más católicas, más universales.
Asimismo, S.E. Isabel Celaá, Embajadora de España ante la Santa Sede, subrayó que se trata de una obra que “será custodiada, desde hoy, en los Jardines del Papa como emblema de España, signo de esperanza y de historia compartida entre nuestro país y tantos pueblos de América Latina”. En particular, brillará en el Bastión del Maestro, “uniéndose así a una decena de imágenes marianas iberoamericanas en un concierto artístico y espiritual favorecido por el silencio y por un entorno natural de incomparable belleza”.
Posteriormente, el Arzobispo de Zaragoza y la Embajadora de España descubrieron la imagen de la Virgen del Pilar. A continuación, el Cardenal Vérgez Alzaga la bendijo. Durante el encuentro se entonaron tanto el Himno de la Virgen del Pilar como el Himno del Apóstol Santiago.
Entre los presentes se encontraban don Juan Sebastián Teruel Pérez, Deán-Presidente del Cabildo de Zaragoza, y don Manuel Jesús Formoso Fernández, Deán-Presidente del Cabildo de Santiago de Compostela.
Tal como explicó monseñor Brosel Gavilá, este panel cerámico ha sido elaborado por La Cerámica Valenciana. Sucesores de José Gimeno Martínez, S.L., empresa artesanal de reconocido prestigio. Las baldosas fueron trabajadas y decoradas a mano, siguiendo los modelos de la cerámica valenciana del siglo XVIII. El retablo mide 140 cm de altura por 90 cm de anchura, y ha sido enmarcado en travertino, el mismo material utilizado en la Basílica de San Pedro en el Vaticano.
Conviene recordar que la Patrona de España es la Inmaculada Concepción, cuya representación iconográfica ya se encuentra en la Gruta de Lourdes en los Jardines Vaticanos. Por ello se ha escogido otra advocación mariana de gran arraigo en el territorio español y en muchos otros países: la Virgen del Pilar, Patrona de la Hispanidad. La escena representada ha permitido incluir al Apóstol Santiago, patrón de España. La composición refleja el modelo iconográfico tradicional de la aparición: la Virgen sobre la columna, el Apóstol Santiago arrodillado como peregrino (con bordón o báculo, esclavina, conchas, sandalias…), y una vista idealizada de Zaragoza a orillas del río Ebro. En la parte superior, la inscripción: “España”; en la inferior, el título “Nuestra Señora del Pilar”.
La obra alude a dos referencias históricas: la imagen idealizada de la ciudad de Zaragoza se inspira en la antigua fachada de la iglesia romana de Santa María de Montserrat de los Españoles; y la inclusión de un toro, símbolo heráldico de la familia Borja (Borgia), a la que pertenecieron los dos Papas españoles, Calixto III (1455-1458) y Alejandro VI (1492-1503), actualmente sepultados en dicha iglesia.
A continuación publicamos el discurso del Cardenal Vérgez Alzaga:
Deseo saludar y agradecer, en primer lugar, monseñor Carlos Manuel Escribano Subías, arzobispo de Zaragoza, representante de la Conferencia Episcopal Española,
a la Sra. Isabel Celaá Diéguez, Embajadora de España ante la Santa Sede,
a Monseñor José Jaime Brosel Gavilá, Rector de la Iglesia nacional española de Roma, y promotor de esta iniciativa,
a todas las autoridades y dignatarios eclesiásticos presentes
y a todos que han querido participar a este acto sencillo y significativo de entronizar a la Virgen del Pilar en los Jardines Vaticanos
Hoy es un día de profunda alegría para nosotros, para los españoles residentes en Roma y para todos los católicos que pertenecen a la Hispanidad, de la cual la Virgen del Pilar es Patrona.
Nos encontramos juntos, en estos Jardines Vaticanos, para inaugurar con fe y devoción el panel de cerámica que reproduce a la Virgen del Pilar, que desde hoy habitará estos lugares como signo visible de su presencia materna. Entronizar a la Virgen del Pilar no es solo un acto artístico o ceremonial. Es, ante todo, una expresión viva de la devoción a María, Nuestra Madre, y como símbolo profundo de fe, esperanza y protección.
La Virgen del Pilar es símbolo de esperanza para muchos pueblos, en particular para España y para los países hispano-americanos y nos recuerda que nunca estamos solos. Ella, que se apareció al Apóstol Santiago para animarlo en su camino de evangelización, sigue acompañándo hoy a cada uno de nosotros en nuestro camino de vida.
La tradición cuenta que el Apóstol, desalentado por las dificultades que estaba encontrando, pidió un signo. Fue así que, a orillas del río Ebro en las Presas de Zaragoza, le apareció María que le animó a seguir adelante y le hizo la promesa: mientras esté en pie la columna sobre la que se apoyaba la Virgen, en España habrá verdaderos discípulos de su Hijo.
En efecto, la aparición de María al Apóstol Santiago es la primera reconocida por la Iglesia y tuvo lugar, en la noche del 2 de enero del año 40, cuando la Virgen estaba todavía viva en Tierra Santa. Esta tradición ha quedado representada artísticamente en el conjunto que compone la Santa Capilla de la Basílica del Pilar en Zaragoza. Santiago y sus discípulos recogieron el don de la Virgen, es decir, la columna el pilar, que se convirtió en el centro religioso de esa pequeña comunidad en Zaragoza.
El vínculo entre los españoles y la Virgen del Pilar es muy fuerte y la Basílica, en la que se aloja la estatuilla de madera, es una de las más antiguas del País. El Santuario sobrevivió a las invasiones de varios pueblos y a la guerra civil española de 1936-1939, cuando tres bombas cayeron sobre la Basílica y no estallaron.
Esta imagen no es solo una obra de arte, sino un signo de fe, una invitación al silencio y a la oración, un punto de referencia espiritual para quien desee confiar en María, confiar en Ella, pedir su intercesión.
En el fondo del panel de cerámica, que inauguramos, se nota la silueta de la iglesia nacional española de Montserrat en Roma. Es un signo del vínculo entre Zaragoza, Santiago de Compostela y la Ciudad Eterna, unidas en el recuerdo de los Apóstoles y en la devoción a María.
Concluyo agradeciendo de corazón a todos los que han hecho posible esta iniciativa: quienes han donado, quienes han trabajado, quienes han acompañado su realización. Este es el fruto de una comunidad viva, unida en la fe y en el amor por María.
Encomendamos a la protección de la Virgen del Pilar al Papa León XIV, a toda la Iglesia, y pidámosle que vele por nuestras familias, nuestra comunidad, y nos guíe siempre hacia su Hijo, Jesucristo. Que la Virgen del Pilar nos bendiga y nos acompañe todos los días.
