Obispo, reformador, hombre de caridad y de diálogo
«El mayor imitador de San Carlos fue San Gregorio Barbarigo en Padua, donde el Seminario, gracias a sus virtudes, se convirtió en un monumento que, aún tres siglos después, permanece in aedificationem gentium».
Con estas palabras, san Juan XXIII recordaba a san Gregorio Barbarigo durante la homilía de su canonización, el 26 de mayo de 1960, en la Basílica de San Juan de Letrán.