Lidia es una santa cuyo nombre no figura en ningún martirologio oficial, pero que encontramos en una célebre página de los Hechos de los Apóstoles, escrita por el evangelista san Lucas.
Conocido como el “San Pablo de las Indias”, Patrono de las Misiones y gran evangelizador de Asia, Francisco de Jassu y Javier, más conocido como Francisco Javier, fue uno de los primeros y más cercanos seguidores de San Ignacio de Loyola.
No se dispone de información precisa sobre la figura de San Blas de Sebaste.
Lo que sabemos proviene de los Actas de San Blas, escritos en griego. Blas estudió filosofía en su juventud, ejerció como médico en Sebaste, en Armenia, su ciudad natal, y gozaba de gran estima. Cuando el obispo de la ciudad falleció, fue elegido por aclamación popular como su sucesor.
Tomás, llamado también Dídimo —que significa “Mellizo”—, formaba parte del reducido grupo de discípulos escogidos por Jesús desde los albores de su vida pública. Era uno de los Doce Apóstoles, como subraya el evangelista san Juan. Es precisamente este mismo evangelista quien nos lega varios pasajes esclarecedores sobre la personalidad de Tomás.
Los apóstoles Felipe y Santiago el Menor se conmemoran el mismo día porque sus reliquias fueron depositadas juntas en la Basílica de los Santos Doce Apóstoles, en Roma.
De Santiago, hijo de Alfeo, llamado “el Menor” por ser de menor estatura que el otro Santiago —el hijo de Zebedeo y hermano del evangelista san Juan—, sabemos muy poco. Lo cierto es que fue uno de los primeros discípulos de Jesús.
La tradición sostiene que era pariente de Jesús, quizás aquel primo al que hace referencia el evangelista san Mateo (Mt 13, 55).
San Martín de Porres nació en Lima, Perú, el 9 de diciembre de 1579 y fue bautizado en la iglesia de San Sebastián. Durante los primeros años de su vida vivió con su madre —una antigua esclava de origen africano— y con su hermana Juana en condiciones difíciles, a pesar de haber sido reconocido por su padre. Cuando Martín tenía unos ocho años, su padre, Juan de Porres, noble español, decidió finalmente ocuparse de su educación, llevando a sus hijos con él a Guayaquil, en el actual Ecuador, donde pudieron vivir en mejores condiciones.
Gerardo de Brogne se impuso como una figura carismática, estimada por las grandes familias de Lotaringia y de Flandes. Durante veinticinco años recorrió incansablemente estas tierras, renovando más de una docena de comunidades religiosas.
Fraile dominico, gran asceta y firme impulsor de la Contrarreforma, San Pío V publicó el Catecismo y promulgó el Breviario y el Misal Romano —que desde entonces llevaron su nombre— aplicando fielmente los decretos del Concilio de Trento. Su nombre de nacimiento era Antonio Ghislieri, y fue elegido Papa en 1566.
Un contemplativo al servicio de la comunidad eclesial, comprometido con la promoción de reformas e iniciativas pastorales, fiel a la Regla benedictina y al Ora et labora. Así fue el cardenal Ildefonso Schuster, en el siglo Alfredo, nacido en Roma el 18 de enero de 1880, en el seno de una familia de origen bávaro. Siendo aún niño, perdió a su padre. Gracias a la ayuda de un noble, ingresó con solo once años como alumno en el monasterio benedictino de San Pablo Extramuros. Poco después decidió hacerse monje e inició el noviciado el 13 de noviembre de 1898, tomando el nombre de Ildefonso.
San Pedro Crisólogo nació probablemente en Forum Cornelii (la actual Imola), hacia el año 380. Fue iniciado en la fe cristiana y ordenado diácono por el obispo Cornelio de Imola. Entre los años 424 y 429, fue nombrado obispo de Rávena por Sixto III, en un momento en que Rávena, desde el año 404, era la sede del emperador del Imperio romano de Occidente. Fue el primer obispo metropolitano de Rávena que no procedía del Oriente.
La memoria de los primeros mártires de la Iglesia de Roma se celebra inmediatamente después de la solemnidad de los santos Pedro y Pablo. Esta conmemoración ha estado siempre vinculada al lugar donde se hallaba el circo construido por el emperador Calígula, más tarde conocido como el Circo de Nerón. Se encontraba en los jardines de Agripina —madre de Calígula—, en la vertiente meridional de la colina vaticana, desde donde partían las vías Aurelia, Cornelia y Triumphalis.
Una mujer “fuerte” que, movida por el soplo del Espíritu, obedeció la voz del Señor que la llamaba a liberar a su pueblo y a devolver la confianza en Él a los que vivían en la desolación. Laica, consagrada en la virginidad pero fuera de un claustro, Juana de Arco se vio inmersa en los conflictos más dramáticos de la Iglesia y de la sociedad de su tiempo. Murió trágicamente, condenada como hereje en un proceso farsa de intención puramente política, cuyo desenlace —la hoguera en la plaza del viejo mercado de Ruan— estaba escrito incluso antes de comenzar.
Los Evangelios presentan a Andrés, hermano de Simón Pedro, como uno de los dos discípulos de Juan el Bautista que siguieron a Jesús desde el principio (Jn 1, 35-39). Nació en Betsaida, en Galilea, a orillas del lago de Tiberíades. Al igual que su hermano Simón (Pedro), era pescador. En su búsqueda de Dios, había sido discípulo del predicador Juan el Bautista, quien probablemente lo había bautizado. Cuando Juan el Bautista señaló a Jesús como “el Cordero de Dios” (Jn 1, 29-40) junto al río Jordán, Andrés lo siguió de inmediato y no se separó más de Él.
Germán fue nombrado obispo de Capua hacia el año 519, aunque antes de esa fecha su figura permanece envuelta en la penumbra. Las únicas noticias sobre sus orígenes proceden de una fuente hagiográfica del siglo IX, considerada tardía y de escasa fiabilidad. Según esta narración, Germán nació en Capua entre los años 470 y 480, de padres pertenecientes a la alta sociedad, Amanzio y Juliana. Tras la muerte de su padre, decidió —con el consentimiento de su madre— vender los bienes familiares para dedicarse por entero a la vida ascética y al estudio de las Escrituras. A la muerte del obispo Alejandro, la comunidad capuana lo eligió como sucesor, y sólo después de insistentes ruegos aceptó el encargo.
«El rasgo distintivo de la figura espiritual de san Jerónimo sigue siendo sin duda su amor apasionado por la Palabra de Dios, transmitida a la Iglesia en la Sagrada Escritura. Si todos los Doctores de la Iglesia -y en particular los de la primera época cristiana- extrajeron explícitamente de la Biblia el contenido de su enseñanza, Jerónimo lo hizo de un modo más sistemático y en cierto modo único». Lo recuerda el Papa Francisco en su Carta Apostólica Scripturae Sacrae affectus, del 30 de septiembre de 2020, en el XVI centenario de la muerte de san Jerónimo.
No temió amenazas ni torturas con tal de rescatar a los cristianos encarcelados, que corrían el riesgo de perder la fe. Fue un valiente fraile de la Orden de la Merced, san Ramón, llamado “Nonato” —es decir, “no nacido”—, sobrenombre que recibió al haber venido al mundo mediante cesárea tras la muerte de su madre. Nació en Portell, en Cataluña, en 1204, en el seno de una familia noble. Al principio, su padre le permitió dedicarse a los estudios, pero más tarde lo envió bruscamente a trabajar en el camp...
«¡Nunca olvidéis estas tres cosas: devoción al Santísimo Sacramento, devoción a María Auxiliadora y devoción al Santo Padre!». Con estas palabras, Don Juan Bosco solía exhortar a sus compañeros en sus últimos años.
San Ignacio de Loyola nació en 1491 en la Casa Torre de Loyola, en el País Vasco, España. Su nombre original era Íñigo, y era el hijo menor de una familia numerosa, con trece hermanos.
Se sabe poco sobre Santa Balbina, cuyos restos reposan en la basílica romana que lleva su nombre, construida en su honor en el siglo IV, en el pequeño Aventino, en el barrio de San Saba.
Es recordado no sólo por su martirio, sino también por su firmeza en la fe, su fortaleza ante la persecución y su entrega a la difusión del cristianismo. Se trata de san Quintín, originario de Roma y que vivió en el siglo III. Existen pocas noticias seguras sobre su vida. Se cuenta que fue hijo de un influyente senador llamado Zenón y que, una vez abrazada la fe cristiana, emprendió una misión evangelizadora que le llevó hasta la Galia, junto con san Luciano de Beauvais.
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