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9 de enero: San Andrés Corsini, Obispo

Pacificador en medio de los conflictos

Mediador y artífice de paz en las disputas entre los municipios enfrentados, San Andrés Corsini, religioso carmelita y obispo de Fiesole, fue incluso encarcelado por su celo en favor de la concordia.

De noble familia florentina, nació en Florencia el 30 de noviembre de 1301. Tras una adolescencia despreocupada, ingresó a los 15 años en el convento del Carmelo. Se destacó por su caridad hacia los pobres y necesitados y, después de su ordenación sacerdotal, fue enviado a completar sus estudios en la Universidad de París.

En el capítulo de la provincia toscana de 1344 fue nombrado consejero del convento de Florencia, cargo que mantuvo hasta mayo de 1347. En 1348 se trasladó a Francia para participar en el capítulo general de la Orden en Metz, donde fue nombrado superior de la provincia toscana de los carmelitas, función que desempeñó hasta principios de 1350.

Durante la devastadora peste de 1348, se dedicó con caridad y valentía al servicio de los enfermos. En 1350, al fallecer el obispo de Fiesole a causa de la peste, Andrés fue llamado a sucederlo. Al no considerarse digno del cargo, intentó renunciar escondiéndose, pero fue descubierto y finalmente consagrado obispo el 13 de octubre de 1349.

Durante su episcopado marcó una clara ruptura con la tradición, ya que los obispos de Fiesole, durante un siglo, habían residido en el suntuoso palacio florentino. Él, en cambio, prefirió habitar en el palacio episcopal de Fiesole, a pesar de que necesitaba reformas y carecía de mobiliario.

Reconocido predicador, dedicado a la oración, la penitencia y la visita pastoral a las parroquias, fue también un firme defensor de la libertad de la Iglesia frente a los poderosos. Se preocupó activamente por la formación del clero, promoviendo su preparación cultural y espiritual.

La Santa Sede le confió, además, delicadas misiones diplomáticas, como la de 1368 en Bolonia, para pacificar las facciones enfrentadas.

Falleció la noche de la Epifanía, el 6 de enero de 1374. En honor a San Andrés, el Papa Clemente XII, que fue pontífice entre 1730 y 1740 y pertenecía a la familia Corsini, hizo construir en la Basílica de San Juan de Letrán una capilla familiar como sepulcro.

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