Seleccione su idioma

7 de agosto: San Cayetano de Thiene

El Santo de la Providencia

Es invocado como el Santo de la Providencia por su inquebrantable confianza en Dios. Se dirigía al Señor en todas sus obras y, incluso cuando las necesidades eran muchas, siempre lograba encontrar los recursos para ayudar a los pobres y necesitados.

Es San Cayetano de Thiene, noble vicentino nacido en 1480. Es recordado como uno de los protagonistas de la reforma espiritual de la Iglesia en tiempos de la Reforma. Desde joven fue educado por su madre en la caridad hacia los pobres, que con frecuencia llamaban a la puerta de su casa. Estudió Derecho en Padua, donde obtuvo la licenciatura en ambos derechos (utroque iure), y, con el permiso del obispo, recibió el hábito clerical.

En 1507 se trasladó a Roma, donde el papa Julio II lo nombró Protonotario Apostólico, confiándole delicadas encomiendas en las que se distinguió por su sabiduría y prudencia. Sin embargo, deseando vivir su fe de un modo más radical, fue ordenado sacerdote en 1516.

Cayetano eligió servir a Dios mediante la ayuda concreta al prójimo. Ingresó en la Compañía del Divino Amor, un grupo de laicos y sacerdotes dedicados a la vida espiritual y a la asistencia de enfermos, pobres, huérfanos y mujeres en dificultad. Fundó hospitales para enfermos incurables y promovió la caridad en Vicenza, Verona y Venecia, donde trabajó incansablemente entre los enfermos, incluso aquellos que padecían enfermedades repugnantes.

En 1523, impulsado por su director espiritual, el dominico fray Battista Carioni, regresó a Roma para colaborar en la reforma de la Iglesia, ya ampliamente reclamada. Con el apoyo de Clemente VII, fundó en 1524 los Clérigos Regulares Teatinos, junto con Gian Pietro Carafa (futuro papa Pablo IV), Bonifacio da Colle y Paolo Consiglieri. Estos sacerdotes, conocidos por el pueblo como “reformados”, vivían en pobreza, se sostenían con limosnas y se dedicaban a la predicación, al cuidado de los enfermos y a la asistencia de peregrinos, especialmente durante el Jubileo de 1525.

Durante el Saqueo de Roma de 1527, fue capturado, despojado y torturado, pero logró salvarse junto con sus compañeros gracias a la intervención de algunos soldados españoles, y huyó a Venecia. Allí transformó una cofradía en un centro de intensa actividad espiritual y caritativa, continuando su labor con los enfermos —sobre todo los afectados por sífilis— y promoviendo iniciativas en favor de los huérfanos, con la ayuda de san Jerónimo Emiliani, su discípulo espiritual.

Por el bien realizado en Venecia, los napolitanos solicitaron insistentemente la presencia de los teatinos. El papa Clemente VII, en 1533, ordenó que algunos religiosos fueran enviados a Nápoles, y se designó a Cayetano de Thiene, quien se trasladó a la ciudad partenopea, donde vivió hasta su muerte, salvo una estancia temporal en Venecia entre 1540 y 1543 para guiar la comunidad.

También en Nápoles, Cayetano impulsó numerosas iniciativas espirituales y sociales. Con la ayuda de sor María Carafa, hermana del obispo Gian Pietro, fundó el monasterio de las dominicas reformadas. Apoyó a María Lorenza Longo, fundadora del Hospital de los Incurables, en el relanzamiento del monasterio de las capuchinas, y animó a María de Ayerbo, viuda del duque de Termoli, a fundar un monasterio para mujeres convertidas de una vida desordenada.

Entre sus obras más duraderas se encuentra la fundación del Monte de Piedad de Nápoles, creado para liberar a los pobres de la usura, permitiéndoles obtener préstamos dejando una pequeña prenda.

Murió el 7 de agosto de 1547. Fue beatificado por Urbano VIII el 8 de octubre de 1629 y canonizado por Clemente X el 12 de abril de 1671.

Seleccione su idioma