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23 de julio: Santa Brígida de Suecia, Patrona de Europa

En busca de la paz

Promovió la paz y la reconciliación en Europa, escribiendo a los príncipes para pedir el fin de la Guerra de los Cien Años entre Francia e Inglaterra. Esta es Brígida (Birgitta Birgersdotter), nacida en 1303 en una familia noble sueca. Estaba destinada a una vida ordinaria para una mujer de su rango. Casada con Ulf Gudmarsson, alto funcionario del reino, tuvo ocho hijos, entre ellos santa Catalina de Suecia. Junto a su esposo, siguió la Regla de la Tercera Orden franciscana, dedicándose a la caridad y fundando un hospital en el que ambos cuidaban personalmente a los enfermos.

En 1335, gracias a su cultura y sabiduría, Brígida fue llamada a la corte como dama de compañía de la reina Blanca de Namur, esposa del rey Magnus Eriksson. Fue en la corte donde comenzaron a manifestarse sus primeras visiones proféticas, dirigidas directamente a la familia real. Según el historiador Camille Bataille, Brígida trataba de orientar al rey y a la reina hacia un ideal cristiano de soberanía, también mediante amonestaciones espirituales.

En 1341, tras quedar viuda al regreso de una peregrinación a Santiago de Compostela, Brígida emprendió una nueva vida, dedicada por completo a Dios. Donó todos sus bienes y se retiró al monasterio cisterciense de Alvastra, donde recibió numerosas revelaciones divinas que más tarde fueron recogidas en ocho libros bajo el título de Revelationes. Estas visiones, a menudo dirigidas a soberanos y pontífices, reclamaban reformas morales y espirituales tanto en la Iglesia como en la sociedad.

En 1349, Brígida se trasladó a Roma, donde al año siguiente se le unió su hija, santa Catalina. Vivieron juntas, compartiendo una vida de intensa espiritualidad. Llena de gracias místicas, Brígida seguía el Evangelio de forma radical: abrazó la pobreza, llegando incluso a mendigar bajo los pórticos de las iglesias para experimentar la humillación y el desprecio de la gente.

Fundó la Orden del Santísimo Salvador y solicitó al Papa la aprobación de un monasterio con hombres y mujeres bajo la dirección de una abadesa, según una visión que había recibido. A pesar del rechazo inicial, continuó su camino de fe. Viajó por muchas ciudades italianas y, en 1371, emprendió una larga peregrinación a Tierra Santa. Murió el 23 de julio de 1373, sin haber visto aún el regreso del Papa de Aviñón a Roma.

Canonizada en 1391 por Bonifacio IX, fue proclamada co-patrona de Europa en 1999 por san Juan Pablo II, junto a santa Catalina de Siena y santa Teresa Benedicta de la Cruz (Edith Stein).

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