31 de octubre: San Quintín de Vermand, mártir
En su nombre se edificó una ciudad
Es recordado no sólo por su martirio, sino también por su firmeza en la fe, su fortaleza ante la persecución y su entrega a la difusión del cristianismo. Se trata de san Quintín, originario de Roma y que vivió en el siglo III. Existen pocas noticias seguras sobre su vida. Se cuenta que fue hijo de un influyente senador llamado Zenón y que, una vez abrazada la fe cristiana, emprendió una misión evangelizadora que le llevó hasta la Galia, junto con san Luciano de Beauvais.
Su actividad apostólica comenzó en Amiens, donde sin embargo atrajo la atención desfavorable de las autoridades romanas. El prefecto Riciovaro, conocido perseguidor de los cristianos y representante del emperador Maximiano, ordenó su arresto. Quintín fue encarcelado por su predicación y, a pesar de los tormentos sufridos, jamás renegó de su fe.
Según la tradición, tras varios interrogatorios y torturas, Riciovaro decidió trasladar al prisionero a Reims, capital de la Galia Bélgica, para someterlo a un juicio oficial. Durante el trayecto, cerca del lugar llamado Augusta Veromanduorum (hoy Saint-Quentin), ocurrió un hecho milagroso: Quintín logró escapar y reanudó su labor de evangelización.
Su libertad, sin embargo, fue breve. Fue capturado de nuevo, sometido a nuevos suplicios y finalmente decapitado. Su cuerpo fue arrojado a los pantanos del río Somme, donde permaneció oculto durante años.
Unos cincuenta y cinco años después de su muerte, una noble dama ciega, guiada por una visión divina, llegó al lugar donde reposaban los restos del mártir. No sólo halló milagrosamente el cuerpo —que, según la leyenda, exhalaba un perfume celestial—, sino que recobró la vista en el mismo momento en que lo sepultaba en la cima de una colina, donde mandó erigir una capilla en su honor.
Con el paso del tiempo, aquel lugar se convirtió en meta de peregrinaciones y en escenario de numerosos milagros atribuidos a la intercesión del Santo. La ciudad que hoy se levanta en ese punto tomó el nombre de Saint-Quentin y conserva aún una profunda devoción hacia su Patrón.
