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6 de noviembre: San Leonardo de Noblac, eremita

En busca de Dios en la oración y en la soledad

Leonardo nació a finales del siglo V en un castillo cercano a Orleans, en la actual Francia. Su familia, vinculada a la corte de los francos, tenía antiguas raíces y probablemente origen romano. Recibió el bautismo solemne de manos de san Remigio, obispo de Reims, quien se convirtió en una figura espiritual decisiva en su vida. Clodoveo, rey de los francos, fue su padrino y le concedió el privilegio de liberar a los prisioneros que considerara inocentes; Leonardo utilizó este don para socorrer a muchas personas oprimidas.

Cuando se le ofreció ocupar un cargo de prestigio en la Iglesia, lo rechazó, prefiriendo una existencia sencilla y contemplativa en un monasterio cercano a Orleans. Desde joven había sido educado para ser un ciudadano ejemplar, un militar valiente y un hombre de corte distinguido; sin embargo, sentía una profunda inclinación hacia la oración y la vida espiritual. Atraído por la vida de Jesús, especialmente por su infancia, procuraba imitar su ejemplo de obediencia y humildad.

A pesar de su entrega al servicio de los pobres, Leonardo sentía la necesidad de retirarse a la soledad para dedicarse a la meditación y a la purificación interior. Por ello distribuyó sus bienes entre los necesitados y abrazó la vida monástica con la aprobación de san Remigio. Su hermano decidió seguirle en este camino. Ambos fueron acogidos en una abadía, pero, tras la muerte del abad, Leonardo se adentró aún más en busca de un retiro más austero y apartado, en los bosques de Aquitania.

Allí vivió en una choza de ramas bajo un gran árbol, cavó un pozo y levantó una pequeña iglesia dedicada a María, así como un altar en honor de san Remigio. El rey Clodoveo, agradecido porque Leonardo había socorrido a la reina durante el parto, le donó un bosque que podría recorrer a lomos de un asno en el espacio de un día; aquel lugar se convirtió en el núcleo de su asentamiento, que más tarde recibió el nombre de Noblat, en su honor.

Leonardo murió en el año 559, rodeado de sus discípulos, que ya le veneraban como santo. En torno a su monasterio se formó una comunidad que tomó el nombre de Saint-Léonard-de-Noblat.

Su culto se difundió ampliamente a partir del siglo XI. Personajes ilustres como Bohemundo de Antioquía y Ricardo Corazón de León le rindieron veneración y le atribuyeron milagros. Su tumba se convirtió en un importante centro de peregrinación, y la iglesia edificada en su honor fue elevada a basílica real. El culto de san Leonardo se extendió por toda Europa, llegando también a Italia gracias a los normandos, especialmente en el Sur.

Se le representa con frecuencia como monje o abad, portando cadenas y grilletes, símbolo de su misión como protector de los prisioneros inocentes. Es asimismo patrono de diversas ciudades y oficios, e invocado por múltiples necesidades: en los partos difíciles, en las enfermedades de los animales y como protector frente a los bandidos y las calamidades naturales.

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