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13 de agosto: San Juan Berchmans

Un joven alegre al servicio de Dios

Una vida breve, sencilla, orientada por completo a la unión con Dios a través de la consagración religiosa en la escuela de San Ignacio de Loyola. Un joven alegre, que desde niño deseó servir al Señor de cerca, y que realizó su vocación alcanzando la santidad en pocos años.

Juan (Jan) Berchmans nació el 12 de marzo de 1599 en Diest, en Flandes (actual Bélgica), el mayor de cinco hermanos, en el seno de una familia humilde: su padre era zapatero. A causa de una grave enfermedad de su madre, fue confiado primero a dos tías y luego a un sacerdote. Tras la muerte de su esposa, también el padre de Juan decidió seguir la vida religiosa y fue ordenado sacerdote, no sin antes oponerse a la vocación de su hijo.

Para poder estudiar, Juan trabajó como sirviente en casa de un canónigo de la catedral de Malinas. Fue al leer —por mera curiosidad— la vida de San Luis Gonzaga, fallecido solo unos años antes, cuando comprendió que ese era el camino que Dios quería para él. Así fue como, en 1615, decidió ingresar en la Compañía de Jesús.

Emitió los votos perpetuos en 1618 y, al año siguiente, fue enviado a Roma para proseguir sus estudios de Filosofía en el Colegio Romano (hoy Pontificia Universidad Gregoriana). Sin embargo, tras dos años, cayó gravemente enfermo y murió en Roma el 13 de agosto de 1621, con tan solo 22 años.

Fue beatificado por Pío IX el 9 de mayo de 1865 y canonizado por León XIII el 15 de enero de 1888.

Su cuerpo se conserva en Roma, en la iglesia de San Ignacio, en la capilla de la Santísima Anunciación, mientras que su corazón se venera en la iglesia jesuita de Saint-Michel, en Lovaina (Bélgica).

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