16 de agosto: San Esteban de Hungría
Evangelizador de los magiares
Fundador del Reino de Hungría en el año mil y evangelizador de su pueblo, el rey Esteban I no es solo el santo patrono de la nación húngara, sino también una figura central en la identidad del pueblo magiar.
Fue, de hecho, el principal artífice de la conversión al cristianismo de los magiares, un pueblo nómada procedente de Oriente que se estableció en la fértil llanura del Danubio, entre poblaciones eslavas. En el año 997 sucedió en el trono a su padre Geza, duque pagano casado con una mujer cristiana. A partir de entonces, emprendió decididamente la evangelización del país, ya iniciada en el siglo IX por la Iglesia de Constantinopla, y lo hizo contando especialmente con la colaboración de los monjes benedictinos de Cluny.
Consolidó la unidad nacional combatiendo el poder tribal, aunque supo conservar, con un sabio sentido práctico, las costumbres del pueblo a través de la estructura de los clanes, que valoró como elemento social y económico. Desde su posición en la frontera entre mundos, eligió el Occidente en lugar del Oriente, y la independencia antes que la sumisión como vasallo al Imperio romano-germánico o al bizantino.
Fundó numerosos monasterios, entre ellos el de San Martín de Pannonhalma, y, por medio del monje Anastasio y del obispo de Praga, obtuvo del papa Silvestre II la corona con la que fue coronado “Rey Apostólico” en el año 1000. Murió en 1038 y fue venerado como santo por el pueblo húngaro desde el momento de su muerte.
