Seleccione su idioma

31 de agosto: San Ramón Nonato

Una vida entregada al rescate de prisioneros cristianos

No temió amenazas ni torturas con tal de rescatar a los cristianos encarcelados, que corrían el riesgo de perder la fe. Fue un valiente fraile de la Orden de la Merced, san Ramón, llamado “Nonato” —es decir, “no nacido”—, sobrenombre que recibió al haber venido al mundo mediante cesárea tras la muerte de su madre. Nació en Portell, en Cataluña, en 1204, en el seno de una familia noble. Al principio, su padre le permitió dedicarse a los estudios, pero más tarde lo envió bruscamente a trabajar en el camp...

Tras un largo periodo de reflexión y ferviente oración, decidió ingresar en la Orden de la Bienaventurada Virgen María de la Merced, fundada por san Pedro Nolasco. Se trasladó a Barcelona, donde fue acogido y recibió el hábito religioso. Años más tarde, fue considerado preparado para emprender la importante misión del rescate de esclavos.

Durante una misión en Argel, después de haber gastado todo el dinero disponible para liberar a los esclavos cristianos, ofreció su propia persona como rehén para rescatar a otros que corrían peligro de apostatar. Este gesto provocó la ira de las autoridades locales, que lo sometieron a torturas. Sin embargo, el gobernador de la ciudad, temiendo perder el rescate si Ramón moría, prohibió nuevos maltratos y amenazó con severas sanciones a quien intentara matarlo.

Al obtener cierta libertad de movimiento dentro de la ciudad, Ramón aprovechó para asistir a los cristianos prisioneros y convertir a algunos musulmanes. Cuando el gobernador lo supo, lo condenó a muerte; sin embargo, algunos mercaderes de esclavos lograron que se le conmutara la pena por una larguísima y durísima flagelación.

A pesar de los castigos, Ramón continuó su labor evangelizadora, hasta que el gobernador ordenó que fuera azotado, encadenado y paseado por las calles. Permaneció encarcelado durante ocho meses, hasta que san Pedro Nolasco pagó su rescate.

El papa Gregorio IX, en reconocimiento por su valentía y sus obras, lo nombró cardenal. No obstante, al regresar a su convento de Barcelona, Ramón prefirió seguir viviendo como un simple religioso, manteniendo un estilo de vida humilde hasta su muerte.

Convocado a Roma, emprendió el viaje a pie, pero falleció en Cardona, cerca de Barcelona, el 31 de agosto de 1240, a causa de una fuerte fiebre. Fue canonizado en 1657 por el papa Alejandro VII. Es patrono de las comadronas y de las parturientas.

Seleccione su idioma