Seleccione su idioma

6 de julio: Santa María Goretti, virgen y mártir

Prometió el Paraíso a su asesino

Mártir de la fe a los doce años y por haber querido conservar su pureza, frente a los repetidos avances de un joven que, finalmente, cegado por la pasión, la mató. Pero antes de morir, María Goretti perdonó a su agresor y afirmó que lo quería con ella en el Paraíso.

María nació en Corinaldo, en la región italiana de Las Marcas, el 16 de octubre de 1890. A causa de la pobreza, en 1897 su familia se trasladó a Ferriere di Conca, una aldea de la provincia de Latina, en busca de trabajo.

La familia Goretti compartía una casa de campo con otra familia, los Serenelli, compuesta por un padre y su hijo Alessandro. Mientras los Serenelli trabajaban en el campo y Assunta —la madre de María— cuidaba de los niños, María ayudaba en casa: vendía huevos en Nettuno, preparaba la comida para los jornaleros y remendaba la ropa.

María tenía casi diez años cuando su padre murió de malaria, una enfermedad muy común en aquella zona. Llamada cariñosamente Marietta, ayudaba a su madre en las tareas del hogar y en el cuidado de sus hermanos, sostenida siempre por una profunda fe en Dios.

Había aprendido en casa una fe sencilla pero intensa: cada noche rezaban juntos el rosario. Además, había recibido la Primera Comunión a los ocho años, antes de la edad habitual, que entonces era de doce. Durante el verano, cuando la iglesia cercana estaba cerrada, recorría varios kilómetros para asistir a misa en la iglesia de Campomorto.

Alessandro, que tenía veinte años cuando María contaba con doce, intentó en varias ocasiones abusar de ella, pero María siempre lo rechazaba, rogándole que no ofendiera a Dios. Finalmente, él llegó a amenazarla de muerte si contaba algo a su familia. María, aunque profundamente afligida, eligió guardar silencio para no empeorar las ya tensas relaciones entre ambas familias. En aquel sufrimiento encontró fuerza y consuelo confiándose a la Virgen María.

El 5 de julio de 1902, tras un nuevo rechazo y después de que María le dijera: «No, no, Dios no quiere esto; si lo haces, te condenas al infierno», Alessandro la agredió y la hirió gravemente con un punzón.

María fue llevada al hospital de Nettuno, donde murió al día siguiente. Antes de morir, le dijo a su madre: «Por amor a Jesús le perdono; quiero que venga conmigo al Paraíso». Alessandro fue arrestado y pasó veintisiete años en prisión. En 1910 se convirtió, y en 1928, ya en libertad, se encontró con Assunta, la madre de María, y se reconcilió con ella. Pío XII la beatificó el 27 de abril de 1947 y la canonizó el 24 de junio de 1950, en presencia de la madre Assunta.

Sus restos mortales reposan en el Santuario de Nuestra Señora de las Gracias, en Nettuno.

Seleccione su idioma