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Santo del día

Santo del día

Guido Reni, San Matteo e l'angelo, 1620 - 1622, Musei Vaticani

21 DE SEPTIEMBRE: SAN MATEO, APÓSTOL Y EVANGELISTA

Un pecador salvado por la misericordia de Dios

No hay mucha información histórica sobre el apóstol Mateo. Su nombre deriva de una abreviatura de Matías o Matanía, que significa «Don de Dios». El Martirologio Romano sitúa su muerte el 21 de septiembre y la traslación de su cuerpo desde Etiopía a Salerno, con escala en Paestum, el 6 de mayo. La tradición dice que fue asesinado mientras celebraba misa.

20 de septiembre: Andrés Kim Taegon y 102 Compañeros mártires

En las raíces de la Iglesia en Corea

La evangelización de Corea comenzó a principios del siglo XVII, cuando algunos coreanos entraron en contacto con el cristianismo durante un viaje a Pekín. Al regresar a su patria, fundaron una comunidad cristiana viva y perseverante, a pesar de la ausencia inicial de sacerdotes.

19 de septiembre: San Jenaro, Obispo de Benevento y mártir

Bajo el signo de la sangre derramada por Cristo

San Jenaro vivió en el siglo III y nació probablemente en Nápoles. Fue elegido Obispo de Benevento y ejerció con celo su ministerio, ganándose la estima tanto de cristianos como de paganos por su caridad y su comportamiento ejemplar.

18 de septiembre: San José de Cupertino

El Santo de los vuelos

Un fraile franciscano sencillo, humilde y casi analfabeto, conocido por sus experiencias místicas, sus numerosos milagros y, sobre todo, por sus levitaciones durante la oración. Es San José de Cupertino, nacido el 17 de junio de 1603 en Cupertino, en la región de Apulia.

17 de septiembre: San Roberto Belarmino, Doctor de la Iglesia

“El Jesuita vestido de rojo”

San Roberto Belarmino nació el 4 de octubre de 1542 en Montepulciano. Procedía de una familia numerosa: era el tercero de doce hijos, y su madre era hermana del cardenal Marcello Cervini, que en 1555 fue elegido Papa con el nombre de Marcelo II, aunque su pontificado duró solo veintiún días.

16 de septiembre: Santos Cipriano y Cornelio, mártires

Unidos en el amor a la Iglesia

Cornelio, quizá perteneciente a la noble familia de los Cornelios, fue elegido Papa en el año 251 por sus cualidades de bondad, prudencia y humildad. Antes de su elección, durante el período de sede vacante, Novaciano, un presbítero culto e influyente, había guiado provisionalmente a la Iglesia. A la designación de Cornelio, Novaciano se opuso, acusándole de mostrarse demasiado indulgente con los cristianos que, durante las persecuciones, habían renegado de la fe (los llamados lapsi), provocando así un cisma rigorista.

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